Cada diente cuenta Los dientes no están solos. Cada uno de ellos forma parte de un sistema cuidadosamente equilibrado. Cuando se pierde un diente aparece un hueco en la sonrisa, se reduce la capacidad de masticar adecuadamente y puede afectar negativamente a tu dieta y alimentación. Y lo más preocupante, la pérdida del diente provoca pérdida del hueso. Esto pone en peligro la estabilidad de los dientes vecinos. Y a menudo provoca cambios en el rostro, que le hacen parecer más mayor. Tanto en la parte anterior de la arcada dental como en la posterior, cada uno de los dientes desempeña un papel fundamental porque asegura una alineación correcta. Cuando masticas, los dientes sanos estimulan y fortalecen la mandíbula, manteniendo una masa ósea sólida. Cuando falta un diente se pierde la estimulación de la mandíbula en ese lugar y, como consecuencia, se contrae. Por tanto, la pérdida de los dientes provoca la pérdida de hueso, lo que altera la forma del rostro. Además, la mandíbula se contrae si los dientes no la estimulan al masticar. Esto reduce de manera visible los labios y la línea de la mandíbula, y te hace parecer más mayor. Pregunta a tu dentista cómo las restauraciones dentales con implantes se pueden adaptar mejor a tus necesidades.
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